Tu corazón era hermético y oscuro,
un estanque defendido
por férreos fantasmas de espinas de fuego.
un estanque defendido
por férreos fantasmas de espinas de fuego.
Arrojé en él una rosa sin consuelo,
que vibró en lo hondo de tu silencio,
y tu corazón se abrió volviendo de su olvido
de ser un corazón sediento de la desnudez del agua.
que vibró en lo hondo de tu silencio,
y tu corazón se abrió volviendo de su olvido
de ser un corazón sediento de la desnudez del agua.
3 comentarios:
Cuando la poesía se me vuelve UNA me la apropio y luego estoy obligada a dejarla ir, no sé mirarla de otra manera, es una forma de sufrirla al darle vida, donde propios o ajenos se pierden de vista.
Muchos besos.
Fue hermoso leerte hoy sentí estas letras cual si fueran para mí, es glorioso cuando el corazón deja su vacio... Un abrazo
Paula, comparto esa afición por la poesía. Tiene algo de palabra verdadera, de una voz que encontramos y que habla en nosotros o en los demás. Muchas veces me fascina que en dos versos se puede expresar mucho más que en un tratado de cualquier materia.
Gracias Persio por el comentario, le he echado un vistazo a tu blog y te leeré con asiduidad.
Crisk, el poema nace de una experiencia en la cual alguien está cerrado y pasa que algo que alguien hace abre su corazón. La distancia se convierte en proximidad. la cerrazón abertura, pero es muy doloroso también ser ajeno a un corazón que no quiere abrirse.
Creo que es preferible sentir el dolor por doloroso que sea que ser el estanque defendido y ausente.
Saludos y abrazos
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