22 diciembre 2006

Paisajes del corazón, y 3

Y el paisaje, palabra oscura del corazón, acaba también convirtiéndose en la poesía en el lenguaje del amor y de la sensualidad. En el éxtasis de una ofrenda inefable. En la embriaguez transida donde habita lo sagrado imprevisto tras el camino imperfecto de la belleza doliente, sencillamente humana. Don y condena de la carne frágil estremecida y habitada por la ceremonia desnuda del ansia. La sencilla culminación a través del vacío y la sed con la que nacimos.

Tus ojos me recuerdan
las noches de verano,
negras noches sin luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos....
Me embriagaré una noche
de cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios...
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.

Antonio Machado


Caricia es también tu mirada
la brisa de tus pensamientos
el jardín de tu pelo
tu manera de retirar el cuello
tus hombros de luna en sombra
tus pezones al viento de tus vestidos
el oasis en reposo de tu ombligo
las riberas mayores y menores de tus labios
tus muslos fluviales
la pulpa frutal de tus rodillas
tus pies tus dedos tus uñas de colores
y tu sonrisa también que rompe el cielo.

Shakîr Wa'el (Persia, 1232-1260?)


¡Mujer desnuda, mujer negra
vestida de tu color que es vida, de tu forma que es belleza!
He crecido a tu sombra; la suavidad de tus manos vendaba mis ojos.

Y en pleno Verano y en pleno Mediodía te descubro Tierra
Prometida desde la alta cima de un puerto calcinado
Y tu belleza me fulmina en pleno corazón como el relámpago al águila.

Mujer desnuda, mujer oscura
Fruto maduro de carne tersa, sombrío éxtasis del negro vino,
Boca que haces lírica mi boca
Sabana de horizontes puros, sabana estremecida bajo las caricias
Ardiente del Viento del Este.

Tantán esculpido, tantán terso que ruges bajo los dedos del vencedor
Tu voz grave de contralto es el canto espiritual de la Amada.

Leopoldo Sedar Senghor



Publicado por JuanBM

18 diciembre 2006

Paisajes del corazón, 2




Y ansioso y torpe, a tu vera me quedo
esperando que tu me enseñes el lenguaje
que no es mío, con unas incognitas palabras
sin sentido.
Y que me lleves a la claridad de lo incognoscible,
paisaje dulce, por vocablos desconocidos.

Pedro Salinas







Manchas suaves –cobrizas, amarillentas, malvas-
de los arbustos mustios entre los rojos árboles;
humo, sedas de niebla azul, cielo entreabierto,
donde entre nubes blancas, surjen fríos cristales..
aire agudo que llega al fondo de la vida,
de donde se levantan, sin que lo sepa nadie,
recuerdos melodiosos de historias de otro tiempo,
que todavía huelen, dolientemente a carne...
Y solo en su nostalgia, el pensamiento se hunde
en abismos fantásticos, inmensos e inefables...

Juan Ramón Jiménez







Publicado por JuanBM

11 diciembre 2006

Paisajes del corazón, 1

Nubes, sol, prado verde y caserío
en la loma, revueltos. Primavera
puso en el aire de este campo frío
la gracia de sus chopos de ribera.

Los caminos del valle van al río
y allí, junto del agua, amor espera.
¿Por ti se ha puesto el campo ese atavío
de joven, oh invisible compañera?

¿Y ese perfume del hablar al viento?
¿Y esa primera blanca margarita?
¿Tú me acompañas? En mi mano siento
doble latido: el corazón me grita,
que en las sienes me asorda el pensamiento:
eres tú quien florece y resucita.

Antonio Machado

El corazón habla a través de sus propias metáforas y símbolos. Uno de sus grandes campos léxicos es el paisaje, la naturaleza como paradigma expresivo.

Y así el corazón habla en el otoño que atraviesa las islas, en el doloroso invierno sin rosas. Habla en la emoción que provoca el silencio que nos acaricia en el centro del bosque. Nuestra promesa de abril es nuestra juventud, la alegría es una flor desnuda, la soledad un desierto estridente. Lo salvaje la hermandad muda de las palmeras. Eres tú quien florece y resucita, como dice el poeta.

Y así la naturaleza adquiere otro valor: ser la palabra polisémica del corazón, pues a través de ella se expresa el mundo interior, todos los matices en tonos y graduaciones del universo anímico, continente inmenso, diminuto y frágil como la semilla que contiene el bosque. Pequeña simiente de inmensidades.

Las fotografías que acompañan a este comentario ahondan en esta misma idea, la naturaleza como elemento expresivo de lo emocional. Son una serie de 12 fotografías que he dividido en 3 partes. Ésta es la primera.



Publicado por JuanBM


03 diciembre 2006

Porque a vida não basta...


“- Mi abuela le ha enseñado a mi madre a bordar, y lo ha hecho bajo a una planta de guayabas ¿te imaginas el perfume?; mi madre a su vez me lo ha enseñado a mí y todo lo que sé les he enseñado a mi hija, a algunas sobrinas y nietas... Pero cada una de nosotras que eligió este oficio tiene su propia manera de hacerlo, tiene que ver con un un don misterioso.
(...)
- Lo cierto es que ya no tengo mucha salud para bordar, pero sigo hacíendolo - muy despacio, es verdad, porque mis manos temblan y estos ojos me traen a menudo... - ¿sabes que llevo más de un mes para hacer un mantel?, sin embargo, Díos sabe cuanto merece la pena: ¡qué alegría cuando lo veo terminado y sé que hará más hermosa la mesa de una familia!, quizá será un regalo que llevará felicidad a alguna persona...
Dime, mi hija: ¿cómo puedo pensar en parar con mis bordados y dejar de sentir esos sentimientos? Sería como morirme un poco.”

Dona Helena
78 años, bordadora
Noviembre de 2006




Nietzsche dijo que tenemos el arte para no perecer ante la verdad y Guayasamín, que el arte cubre la vida, que es una forma de amar. Para Fernando Pessoa, todos los artes son confesiones de que la vida no basta...

Dona Helena no conoce los versos del poeta portugués, no sabe nada de la obra del pintor ecuatoriano y, por cierto, el nombre del filosofo alemán le sonará muy estraño; pero sus pensamientos pasean por parecidos caminos para hablar del arte, de esa necesidad - sagrada de tan humana - de expresar lo que habita los lagos hondos y misteriosos del alma; de decir que la vida, al menos la vida de la forma que se nos presenta, desde fuera, no es bastante. Hay siempre que ponerle un verso, una musica, una imagen, un gesto, un trazo de color a más. Reinventar la realidad desde las entrañas.

La artesanía compone una parte de ese mundo del arte y de esa busca que quiere dar belleza y sentido a la vida. Presente desde el más distante pasado humano, expresa la cultura de los pueblos y, desnuda de formalidades, revela sus herencias y historias, lazos afectivos y creencias, sus modos de vivir, ser, soñar... Nace espontaneamente en las manos de gente sencilla, anonimos que tienen como materia prima las lecciones de otras generaciones, el mundo que hay dentro de su propia alma y la naturaleza a su entorno:

“- La mejor hora para recojer pequeñas conchas en la orilla del mar es luego que amanece.”
“- Estas semientes rojas protejen el espíritu, mira que los indíos lo saben desde siempre...”
“- Ah, ¿no sabías? hay una Luna cierta para recojer el barro de la tierra, si no respetas el movimiento del cielo, el jarro se rompe despues de terminado.”

Por ello, al pasear por una feria de artesanos es bueno que lo hagas sin prisa y dejes los pensamientos en casa, es decir, la logica, la razón... – allí la intuición se hace mejor compañera y deja el alma más libre para mirar, tocar, sentir... Y tal vez te encuentres con una persona como dona Helena y que ella, al sentir tu alma abierta, tiernamente te invite a sentarse a su lado; que te llame de hijo o hija y entremezcle las historias de sus artesanias con un recuerdo, una saudade, un trocito de su propia vida; que fragil y fuerte coja tus manos muchas veces y, al despedirse de ti, te regales un abrazo demorado y una mirada de tanto afecto, que te serán imposibles de olvidar.
















Mercado de los artesanos de Aracajú, Estado do Sergipe, Brasil


Publicado por Tania