23 noviembre 2007

# 5




Un río inagotable viaja en su pequeña alegría,
en su canción de agua el tintineo de besos y sueños,
pequeñas luces de futuros caminos bordados por soles de estío,
llenos del mismo vértigo y ansia entre los trigos
y en el pecho abierto la misma promesa escrita de inmensos azules:
-Oh, dime que vivirás hasta sus últimas consecuencias…



Un río inagotable y sagrado viaja entre el rumor del silencio.
Tanto que ya no importan las viejas heridas,
las que no se cierran nunca en su herrumbre de cárcel,
pues el hombre se salva en el hombre.

De la serie La fragua de lo vivo

18 noviembre 2007

Os meninos de Portinari

Tudo era esquecimento, menos o coração.
Guimarães Rosa


I
Entró en el museo no porque le gustaba el arte. El hombre huía de la tempestad que inundaba la ciudad en aquel fin de tarde. Le informaron que allí había un pequeño café por donde esconderse un rato; pensó que también sería bueno un poco de silencio, su cabeza dolía.
Lo que sucedió poco tiempo después es que fue algo extraño, pero cuando se dio cuenta, las lágrimas lavaban su rostro. Como un sueño, los colores daban vida a los niños dentro de los cuadros; ellos corrían y jugaban, volaban y sonreían. De repente, le pareció que el menor de ellos le llamaba... quería mostrarle un lugar...
II
De ojos cerrados, más allá del gris y de sus montes de cenizas, debajo del polvo de los días, un hilo de agua dulce. El camino hasta un río y las aguas reflejando olvidadas acuarelas. La mirada inicial.
III
La mujer ya le iba a preguntarle por dónde diablos se había metido hasta aquellas horas, pero se detuvo al ver sus ojos luciendo recientes lágrimas, mirándola como en los tiempos de las inmensas ternuras… (tantas saudades). Dentro de la música silenciosa, el calor de los abrazos diciendo adiós a un largo invierno, los labios tejiendo delicadezas.
Entonces fueron a ver al hijo adormecido (cómo son leves los ángeles...). Y planearon ir a la playa el fin de semana (tomado de alegría, el hombre se recordó que todavía sabía construir castillos de arena y cometas para colorear el cielo. Y dentro del pecho, un deseo profundo de enseñarlos al pequeño).


Meninos com carneiro

Moleques pulando celaMeninos brincando Cambalhota A árvore da vida

Nota: las pinturas son de Candido Portinari, artista inmenso. Para conocer su obra profundamente humana, visitad su acervo virtual en: www.portinari.org.br

09 noviembre 2007

"Guantes de piel humana"


En esta ocasión queremos difundir el trabajo del poeta español Carlos Morales, director de la editorial El Toro de Barro y de la Biblioteca del Holocausto, quien ha elaborado el guión de "Guantes de piel humana", que recoge en líneas muy generales el que compuso y representó el periodista y dramaturgo español Julio Clemente Lourtau allá por el año 1977, y el que lo convirtió entonces en el protagonista indiscutible de la primera obra dramática escrita en español en torno a la Shoa en todo el mundo, y en uno de los pocos que se han visto concernidos por la gran catástrofe, entre los que cabría destacar a Rolf Hochuth con El Vicario (1963); Peter Weiss, con La indagación (1965) y Yehosua Sobol, con Ghetto (1984). Morales, encarnando al judío, y Lourtau, director de escena y encarnación de comandante del campo de concentración Buchenwald, nos devuelven de nuevo a aquella mítica representación de «Guantes de piel humana» que, acaecida hace ahora treinta años, golpeó la conciencia de toda una generación, y que ahora, gracias al Ayuntamiento de Tarancón (Cuenca, España), será editada.
En la obra el comandante del campo de concentración de Buchenwald y el judío que, a sus órdenes, administraba la vida y la muerte en aquel terrible espacio de exterminio, se encuentran en la última frontera del infierno en algo parecido a un «Juicio Final». A lo largo de un fortísimo diálogo que guarda estrecha relación con el que otro tiempo mantuvieron Hannah Arendt y Gerson Schoolem, los personajes se enfrentan sobre un sobrio escenario a las consecuencias decisivas de las que fueron sus propias elecciones individuales, buscando redimirse del peso de su culpa. En el camino, se pasa revista a las varias secuencias criminales de aquel gigantesco Apocalipsis –simbolizadas en los guantes y lámparas que se fabricaban en Buchenwald con la piel de las víctimas judías- y se incide, de un modo visualmente espectacular, en el papel histórico jugado por el cristianismo en el origen de aquel delirante genocidio, el más grande de los muchos cometidos a lo largo y ancho de la Historia. Como plato fuerte a destacar, esta la incorporación al guión de algunos de los más celebres poemas de Paul Celan , el gran poeta alemán que no pudo soportar el haber sobrevivido al Holocausto, y decidió acabar con su vida arrojándose a las aguas del Sena desde el puente de Mirabeaux…

AUDITORIO DE TARANCÓN
VIERNES, 16 DE NOVIEMBRE
FESTIVAL DE TEATRO
 Más información en:



EL TORO DE BARRO

Queridos complices de estos cantos de espuma:

No es fácil explicarse las extrañas sensaciones que cruzan el alma cuando se sube por primera vez a un escenario, sobre todo el modo en que uno desaparece -y desaparece el mundo, y desaparecen los nombres de las cosas- bajo el peso de una vida que no te pertenece, como si lo que se es -o se ha sido- no fuera menos vulnerable que una rosa que crece en la cara oscura de un acantilado, pero incapaz ya de resistir los embates continuos del oleaje que viene de fuera, que te hace suyo y cuyos brazos poderosos no puedes resistir.
Quedará para mí esa imagen de mis manos alzándose hacia el cielo soportando el cáliz invisible inundado por la "negra leche del alba", o agarrando las solapas de un comandanze nazi en posición de crucificado mientras mi voz -qué extraña, qué ajena fue entonces mi voz- le decía "¡ruéganos, Señor, estamos cerca"...No os puedo decir mucho más, o nada que no sea ese cansancio brutal que siento en las mismas piernas, ese cansancio infinito de quien emplea todo cuanto es en algo que, como una sóla función de una obra de teatro, apenas dura más de lo que dura una rosa en el desierto...

Un abrazo a todos, y gracias por no haberme dejado demasiado sólo en un momento así...

Carlos Morales

02 noviembre 2007

# 4





Y si soy,
si lloro, gozo, amo, grito…
es por el misterio de una humilde ofrenda,
que floreció inesperadamente
sobre las llagas de una tierra dolorida,
en su lejano y oscuro peregrinaje que pasa por mí.

Y si soy,
si realmente existo…
es porque alguien quiso forjar
en la férrea condena de una noche sin orillas
un alba de hombres libres.

De la serie La fragua de lo vivo