15 abril 2008



El paso de los años con su manto de hojas amarillas
no logra borrar el rastro que dejaste en mí,
entonces tú eras una mujer prematura,
y yo sencillamente un niño que dejó de serlo,
quien cruza sin saberlo a galope un puente
que se desvanece en la niebla a cada paso,
y la vida entonces era un poema intensamente azul,
una última barricada en nuestra promesa clandestina de no claudicar,
un trapecio sin red donde embarcarse en su embriaguez.

Cuando otros aprendían solemnemente a renegar de sí,
tú eras humildemente fiel a ti misma,
y me mostrabas hasta la frágil luz de tu lágrima
en tu herida más oscura, y hasta mi nombre
sonaba distinto cuando tú lo pronunciabas,
me hacías sentir que era real y era yo dejado ser
o acaso eran tus ojos dulces que me veían
como nadie me había descubierto nunca.

A pesar de los años y de no saber apenas de ti,
en las noches de los días más duros cuando una tempestad arrecia
y un animal acorralado intuye el despeñadero,
tú has vuelto en el sueño, emergiendo de una profunda entraña dormida
y hemos habitado de nuevo juntos atardeceres desconocidos
tan hondamente vivos como aquellos que jamás he olvidado
y como entonces yo he descubierto en tu ojos dulces
el rastro inesperado de otro destino.

6 comentarios:

Tania dijo...

El encuentro de dos mistérios vivos... Pues sí - lo que somos, lo que nos transformanos en ese interminable aprendizaje que es vivir, tiene tanto que ver con las personas que encontramos por el camino. Y es también cierto que algunas personas se inscriben de manera muy especial en nuestras vidas. Y, cuando ese pequeño milagro sucede, puede pasar el tiempo que sea, nos sorprenderemos mirando al próprio corazón y sintiendo que allí, la belleza sembró un jardín que no se acaba...

Ah... que bellísima entrada, querido Juan. Hay una alegría que desabrocha en las fotos y tu poema es un canto amoroso, una carta soplada delicadamente al viento...

Un beso, es lindo que regreses tan inspirado.

Beatriz dijo...

Im-presionante (en el más impresionista sentido).

Felicidades por tus nuevas fotografías

Bea

Svor dijo...

agradable pasarme por aqui

Isabel Barceló Chico dijo...

Hay amores que se quedan muy en el fondo de nosotros mismos y permanecen allí por los siglos de los siglos... Saludos cordiales.

Alyxandria Faderland dijo...

Estuve largo rato peleando con el 'comentariero', que no se dejaba abrir, maravillada de estos textos e imagenes; vaya a saber Dios como cai en la serie de imagenes de Dic. 2006 y quede mas maravillada todavia.
Aviso: se viene el choreo (por aqui, robo sin violencia) de imagenes con el fin mas pavote del mundo: figurar en el genial, inestimable y exitosisimo Pasquin del Reino del Reves (sera la verguenza de la web, pero para mi como ahi estan mis amigos reales y virtuales, ASI ES)

Juan B. Morán dijo...

Es verdad, hay quien nos deja dentro ,como dice Tania un jardín que no se acaba, no podría expresarlo mejor.

Y espero tener tiempo para visitaros y no perderme nada de lo que habéis dejado sembrado en vuestras respectivas casas.

Un abrazo emocionado