10 febrero 2008

Das cartas que nunca chegam


Por más de veinte años fue cartero en aquella ciudad. Se orgullaba mucho, una carta es una de las cosas más bellas que se puede recibir en la vida - y que él fuese el mensajero de tan precioso regalo, era un honor. Por eso ahora, ya hace tanto jubilado, seguía recorriendo caminos antiguos, cultivando saudades. Aprovechaba el sol delicado de las mañanas, los barrios que no habían perdido el aire de interior y todavía guardaban sus casas antiguas, patios con jardines y árboles de frutos. Iba despacio, saludando a la gente, admirando los niños en alegría, los pájaros en fiesta. Y era feliz secretamente a cada vez que reconocía alguien para quien, en otros tiempos, había entregado al menos un sencillo sobre, tesoro de papel y palabras, de sonrisas y lágrimas. No, ni el teléfono ni el ordenador podían sustituir los sentimientos guardados en una carta.
Y en esos paseos, casi siempre se detenia, emocionado, delante de una casa verde. Antaño era blanca, lo recordaba bien - sí, con flores rosadas en las ventanas y una campana de viento colgada en el viejo árbol de mangos. Allí, durante años, vivió una mujer de ojos tan azules que era como si el cielo entero habitara su alma. Daba clases de piano y todas las mañanas se escuchaban sus jóvenes alumnos tocando las repetidas lecciones. Pero cuando él pasaba por aquella calle, casi a las cinco de la tarde, ya todo era silencio. La mujer se asomaba a la ventana y le saludaba tristemente: para ella, nunca había una carta. Era ahí donde su oficio le dolía, tener las manos vacías ante una espera tan grande. Pues entonces él pasaba y ella volvía al piano para llamar la noche. Tocaba y su música se derramaba por el aire. Los corazones se inundaban en tristeza y ternura. El sol, conmovido, dibujaba en el cielo sus acuarelas de fuego y se iba a dormir, detrás de las montañas.


JORGE CARROL
Espero cartas

Espero cartas que nunca llegan...
Espero milagros todas las mañanas.
Pequeños y definitivos mensajes que cambiarán el rumbo de mi vida.
Todas las mañanas voy al correo en busca de cartas que nunca llegan.
Y todas las mañanas regreso a la Eterna Espera de cartas que nunca llegan,
ni nunca seguramente llegarán...
Mas sin embargo sigo esperando cartas, por que si no las esperara,
¿demonios, qué haría?
*

JUAN GELMAN
Carta

Te escribo en una hojita de papel
caída del cuaderno del hijo
con una vaca un burro
sumas restas
esta carta que te enviaré jamás
tiene delicias y tristezas
y cuando la leías
te ponías muy dulce
porque yo no escribía nada
pero cantaban los pájaros
azules de la izquierda
volaban a tu sombra y callaban
con los ojos abiertos
como memorias en la noche
*

JUAN GONZALO ROSE
Las cartas secuestradas

Tengo en el alma una baranda en sombras.
A ella diariamente me asomo, matutino,
a preguntar si no ha llegado carta;
y cuántas veces
la tristeza celebra con mi rostro
sus óperas de nada.

Una carta.

Que me escriba una carta quien me hizo
los ojos negros y la letra gótica,
que me escriba una carta aquella amiga
analfabeta de pasión cristiana;
duraznos de mi tierra: que me escriban,
vientos los de mi rambla: que me escriban,
y redacte una carta pequeñita
mi hermana abecedaria y pensativa.

Muertos los de mi infancia
que se fueron
dormidos entre el humo de las flores,
novias que se marcharon
bajo un farol diciendo eternidades,
amigos hasta el vino torturado:
¿no hay una carta para Juan Gonzalo?

Si no fuera poeta, expresidiario,
extranjero hasta el colmo de la gracia,
descubridor de calles en la noche,
coleccionista de apellidos pálidos:
quisiera ser cartero de los tristes
para que ellos bendigan mis zapatos.

El día que me muera ¿en una piedra?
el día que navegue ¿en una cama?
desgarren mi camisa y en el pecho
¡manos sobrevivientes que me amaron!
entierren una carta.
*


Notas:
1. Las imagenes son detalles de una carta de Clarice Lispector, tomadas del libro “Correspondências, Clarice Lispector” (Ed. Rocco, Rio de Janeiro, 2002).
2. Beatriz (Cartas sin sellos) nos ha regalado una hermosa banda sonora para acompañar esta entrada (gracias!). Haced un clic para escucharla en: The Beatles - Please Mr. Postman (Por favor, señor cartero, mire y vea, si hay una carta en su saca para mí. Por favor, señor cartero....)

17 comentarios:

devaneiosaovento dijo...

Caro amigo

Começo agradecendo sua citação pela imagem com detalhes de uma carta de Clarice Lispector,uma das nossas eternas poetisas.
-
Senti uma certa nostalgia,
cartas
das que nunca chegaram,
que estão no caminho
que narram tristezas,alegrias,
dão notícias da vida,avisam tb dos que partiram
são tesouros raros
como vc citou, tesouros em forma de palavras.
abraços,

Clarice Baricco dijo...

ufff Tania, realmente me has matado con este texto. Linda historia.
Fíjate que de los géneros literarios que disfruto de leer es el epistolar.
También, cuando era niña, y creo que sigo deseándolo, quería trabajar como cartera. Me emocionaba saber que yo podía ir a cada casa a entregar una carta. Y que ésta fuera de amor.
Valoro a los carteros y a la oficina de correos, que espero nunca se cierre.
Las imágenes que has puesto también me he derretido porque son de mi amada Lispector.
Y qué digo de los poemas?
Me ha parecido flamante esta dedicatoria de textos a las cartas.
Gracias.
Recibe mi cariño y abrazos a Juan.

Bethania dijo...

Las cartas que nunca llegan, y las que sí llegaron, pero también las que están por llegar...los milagros sí existen, aún lo creo yo...sin duda un texto con mucha saudade de por medio..como la mía,
beijos

Anónimo dijo...

PLEASE MR. POSTMAN

Una de mis canciones preferidas de todos los tiempos. La escucho ahora, gracias a Youtube, y siento la misma emoción de antes, cuando los Beatles suplicaban al cartero que les dejara una carta, que mirara bien su bolsa (I've been standin' here waitin' Mister Postman so patiently for just a card, or just a letter...).

Gracias Tania por hacerme recordar y volver a escuchar esta canción.
Besos
Bea

Os pongo el enlace en Youtube:

Versión de los Beatles
http://www.youtube.com/watch?v=GuGgWRyhPsI

Versión original de Marvelettes
http://www.youtube.com/watch?v=-nuEY6fQgzk

carmen dijo...

Que bellos poemas, llenos de ternura y amor...sabes, mis alumnos mantienen correspondencia con otros niños que estudian francés como ellos...Pedí correspondencia epistolar y no por mail como quería el otro profesor, simplemente por ver la cara que ponen cuando les doy su carta, tan esperada :).....
Que bello compartir,
tania...me encanta tu aportación semanal..Un abrazo

Carlos Henrique Leiros dijo...

Cara Tania;
.
Acabo de passar por um blog onde, por coincidência ou outro tipo de rara ocasião, uma crônica falava de cartas que nunca chegavam. E aqui chegando, fico feliz por ver o tema novamente debulhado. E com que graça, diga-se!
.
A modernidade impôs aos velhos e bons missivistas, senão um incômodo silêncio, ao menos uma sensível perda do que se diz ser a emoção da chegada do carteiro, com tão esperada correspondência. O computador é tão inodoro, não é?
.
É com certo alívio e um sentimento de recompensa que leio estes poemas todos, e mais uma bela crônica por aqui. As imagens estão belas. Grato por nos ofertar tudo isso.
.
Abraço.
Carlos

Juan B. Morán dijo...

Querida Tania

Tus entradas siempre me parecen como pequeñas fotografías, donde tú miras con la emoción y la sensibilidad de alguien que acaricia lo que describe. La vida creo que está hecha de esos pequeños retales, que unidos nos dan sentido.

Siempre las cartas me han rodeado, antes sin internet, era un poco más lento todo, pero no por ello menos emocionante. De niño me escribía con una chica de Chile que estuvo una temporada en Madrid, sus cartas me llevaron a la tensa situación de una dictadura como la de Pinochet. con sus palabras casi ahogadas por la falta de libertad y de tropelías diarias, aprendí lo importante que eran los derechos humanos. También guardo en la memoria el recuerdo de la carta de despedida de un abuelo de un amigo que fue sacrificado por la dictadura de Franco. En las cartas la palabra y la vida son lo mismo, se unen de una manera tal que se convierten en testimonio que estremece.

Bueno, yo buscaba un poema que no he encontrado para dejarlo aquí junto a los que rodean esa fotografía realizada con tanta ternura.

Beso

Tania dijo...

Gracias a todos por las presencia, vuestros comentarios me encantaron. Sobre las cartas, es que siempre me fascinaron, como escribió André Comte-Sponville, hay dentro de una carta un pedazo del mundo y del alma, transmitido como un milagro...

Olá Edna, eu tive a feliz possibilidade de ver de perto as cartas e anotações da Clarice, numa exposição aqui em São Paulo. Fiquei emocionada, olhando aqueles papeis e imaginando ela escrevendo... e sim, as palavras dessa querida autora tem uma força imensa. (Ah, que bom que agora no “Vendaval” possamos ler também os seus escritos! )

Dulce Clarice: ¡qué lindo soñar ser cartera, para entregar cartas de amor! pues eso me parece cosa de gente que tiene el corazón azul... Yo también te envio mi cariño y gracias tantas por dejar aqui un recuerdo tuyo, es precioso.

Oi Bethania, sí, también la esperanza de las cartas que están por llegar... um abraço!

Ah, Bea, Bea... pues como te comenté nunca consegui aprender el inglés, me gustaba esa canción pero no tenía idea de qué se trataba... ahora me gusta un montón más ;) Las gracias son para ti! Además, ¿por qué será que este tema de las cartas, me hacen recordar un hermoso sitío en el aire?...

Hola Carmen, me encantó saber que tu oficio es profesora y creo que tus alumnos tienen suerte, por esa tu manera afectuosa de ser... y es precioso que les motives a escribir cartas (quedé imaginando la escena de tu dandóles las cartas).

Olá Carlos: eu também tenho saudades de um tempo quando os carteiros vinham e as pessoas na rua se agitavam. Na minha infância, numa cidade do interior paulista, era por volta das três horas... e o carteiro batia palmas ou apertava a campainha das casas, para entregar a carta em mãos...

Sí, querido Juan, yo también creo que en las cartas las palabras y la vida son lo mismo. Y me he emocionado leyendo esos trocitos de recuerdos tuyos, pienso que dan la dimensión del significado de una carta...

Desejo a todos um feliz domingo. Muitos abraços!

Tania dijo...

Pues no resisto en compartir com vosotros este fragmento:

A correspondência
André Comte-Sponville

Nossas cartas se parecem conosco, desde que o queiramos um pouco, e mesmo, às vezes, quando não o queremos. Frágeis como nós. Irrisórias como nós. Bela por vezes. Pobres e preciosas, corriqueiras e singulares, quase sempre. Um pouco de nossa alma introduziu-se ali, na pouca espessura de um envelope. Um pouco de nossa vida, na loucura do mundo. Um pouco do nosso amor, no deserto das cidades.
Por que se escreve uma carta? para habitarmos juntos a essencial solidão, a essencial separação, a essencial e comum fragilidade. Para descrever o tempo que está fazendo, o tempo que está passando. Para contar o que nos tornamos, o que somos, o que esperamos. Para exprimir a distância, sem a suprimir. O silêncio, sem o corromper. O eu, sem fechar nele. Isso não substitui a fala. Isso não substitui nada. E nada, tampouco, o substitui: as verdadeiras cartas, aquelas que gostamos de receber, são gratuitas e insubstituíveis, como a vida, como o amor, como um presente e são um presente. "Não é nada, sou eu", escreve-me um amigo, "venho dizer-te que te amo muito, muito..." Não é nada, ou quase nada, contudo um pedaço do mundo e da alma, transmitido como que por milagre, tão leve na mão, tão profundo no coração, tão próximo da grande distância"


Y el intento de traducción:

"Nuestras cartas se parecen con nosotros, desde que lo queramos un poco, y aún, a veces, cuando no lo queremos. Frágiles como nosotros. Irrisorias como nosotros. Bella por veces. Pobres y preciosas, comunes y singulares, casi siempre. Algo de nuestra alma se introdujo allí, en la poca espesura de un sobre. Algo de nuestra vida, en la locura del mundo. Un poco de nuestro amor, en el desierto de las ciudades.
¿Por qué se escribe una carta? para que habitemos juntos la esencial soledad, la esencial separación, la esencial y común fragilidad. Para describir el tiempo que está haciendo, el tiempo que está pasando. Para contar en quién nos convertimos, lo que somos, lo que esperamos. Para expresar la distancia, sin suprimirla. El silencio, sin corromperlo. El yo, sin que no cerremos en él. Eso no sustituye el habla. Eso no sustituye nada. Y nada, tampoco, lo sustituye: las verdaderas cartas, las que nos gustan recibir, son gratuitas e insustituibles, como la vida, como el amor, como un regalo y son un regalo. "No es nada, soy yo", me escribe un amigo, "vengo a decirte que te amo mucho, mucho..." No es nada, o casi nada, pero un pedazo del mundo y del alma, transmitido como un milagro, tan leve en la mano, tan profundo en el corazón, tan próximo en la gran distancia."

Nena Dolores dijo...

Olá, Tânia

Vim conhecer seu blog assim queli seu comentário no meu, motivo de alegria para mim.

Dei uma olhada em alguns posts e gostei muito daqui.
Também fiz parte do grupo de pessoas que já se correspondeu muito por cartas e era muito gostoso quando chegava "a carta" esperada. E o que dizer das cartas que não mandamos...

Sei que nem mesmo o correio eletrônico tira o prazer de receber uma dessas ainda hoje.

Abraços

Anónimo dijo...

Enriquecedor relato!
Tanto para descubrir en cada letra como en emociones.

Un placer siempre pasar por aquí!
Abrazos, Tania!!

www.artemissublime.blogspot.com

Leo Lobos dijo...

saludos Tania desde la ciudad de La Serena, Chile un abrazo afectuoso

Leo Lobos

me agradaria colaborar con algunos de mis poemas para tu blog... qué me dices?

Anna Bahena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anna Bahena dijo...

Las cartas como un manuscrito del Alma tangible que, aunque la Lluvia ha borrado sus letras, el viento siempre guarda su esencia..

Me encantó haber imaginado a la mujer del piano, si una carta del aquel hombre hubiese sido lanzada bajo la puerta mientras sonaba la melancolica sinfonía de la Soledad...

Tania, bellisimo. Gracias por presentarnos el pequeño fragmento de "A correspondência de André Comte-Sponville". Sin palabras.

Aprovecho para saludar a Juanbm, esperando que sus pasos por las calles del invierno hayan dejado cuadros de silencios para exponer en la ventana de la vida.

Un abrazo enorme.

Anna.

Arturo Ávila Cano dijo...

Estimada Tania

Qué hermosa entrada nos has regalado. Cuánta razón te asiste cuando afirmas que una carta es uno de los regalos más bellos que se pueden recibir.
Tal como lo dice el poema de Jorge Carrol: pequeños y definitivos mensajes que cambiarán el rumbo de mi vida...
Yo, en la situación en la que me encuentro ahora: divorciado, sólo y desorientado, quisiera recibir una carta así, que le diera rumbo a mi vida, que me otorgara cierta identidad donde se leyera que soy feliz, pues esa es mi labor. Pero no, aún espero a ese cartero... Y espero, como dice una canción de Sabina y Paéz... espero al cartero de mis cartas de amor...
Amiga, deseo que tu siempre recibas esas palabras que causan regocijo en el alma... gracias por las palabras.

Tania dijo...

Olá Nena, eu também me alegro com a sua visita. Gostei muito do seu blog, os textos e imagens são escolhidos com sensibilidade.Seja bem-vinda.

Gracias por tus palabras Melina, me alegra tu regreso y también por saber de tu libro, felicitaciones!

Bienvenido Leo, te digo que me gustó descubrir tus blogs y así tu arte, y pude también leer algunos poemas tuyos en portugués. Por cierto, que aquí nos gusta mucho descubrir y compartir, por eso me alegro con tu ofrenda, ya tienes en tu casa la dirección para el contacto, será un gusto. Te lo agradezco.

Hola Anna: este texto de la correspondencia me encanta, es el fragmento final de un texto largo y muy bello que fue escrito para el museo de los Correos de Paris. Y qué bueno es volver a ver tus pasos, siempre delicados, por esta casa.

Querido Arturo, no sé muy bien qué decir, pero sé que nuestros caminos son siempre alternados de momentos claros y oscuros, y que, como aquellos ríos que he visto en tu blog, debemos seguir adelante siempre, sin dejar de creer en la vida y en el amor. Te envio un abrazo muy fuerte.

Abrazos y buen fin de semana a todos.

El Toro de Barro editorial dijo...

Me ha impresionado mucho el texto que abre la entrada, y no puedo reconocer quién es su autor. La historia -un hombre recorriendo casas, recorriendo vidas interiores...- está llena de plasticidad y de posibilidades. ¿Qué carta recibiría, por ejemplo, Liv Ulman, si ella fuera la maestra de piano? ¿Y Merryl Streep? ¿Qué haría al recibirla ese inolvidable convecino que fue Antohony Quin? ¿Y si yo hubiera sido su cartero?...
Besos largos y moito profundos (Si decie así?)