31 octubre 2006

Tríptico


I


II

III


Pequeña representación emocional de la contradicción en la que el existir se debate. El mito de que la cultura nos salva de la naturaleza, llenándonos silenciosamente de opresión, injusticia y exclusión social. El viejo mito del progreso que nos ata a través del sueño del consumo ilimitado, frente a lo gratuito de la naturaleza representado por unas sencillas flores que son como las emociones, que nos habitan y nos viven vificándonos sin licencia y sin título de propiedad. El profundo vacío triste de individualidades recluidas sin puentes que tejer, perdidas en sí mismas. Pequeño retrato de la vida enclaustrada y empequeñecida, medida, previsible, monótona. La vida vaciada de su misterio y de su grandeza única e irrepetible.

Publicado por JuanBM

3 comentarios:

La puta que no te parió dijo...

¿Cuándo asistiremos a la comunión de tales fuerzas?
Hay que resistir viento y marea hasta llegar a ello, por suerte existen remansos como tu mirada para recordarnos que no están en desunión, más que en la absurda fantasía que los hombres han dado por llamar progreso.
Un gran, gran abrazo.

Anónimo dijo...

Todavía quedan muchas flores por ver, oler y admirar, y son los corazones de quienes, sin pedir nada a cambio, nos han regalado un gesto de gratitud. Podemos hacer lo mismo también nosotros para no perder la costumbre, no?

Besos

Juan B. Morán dijo...

Emocionado leyendo lo que habéis escrito, creo que no se puede añadir más.

Besos