17 abril 2006

De seres y llamas




















“La vida pide formas indefinidamente para colmarlas y salir luego de ellas, para seguir transitando, según es su esencia –agua que corre incesante. Y la forma se abre y luego se consume, según la ley de lo viviente: alzarse con la vida y abrasarse en ella como llama”

María Zambrano El vaso de Atenas


Y la vida se abre y se toca en un gesto, en su forma de pequeño clamor, envuelta en la luz de su propia llama, en el pequeño silencio de un instante, entonces una mirada basta para descubrir que vivir es un arder contra la nada.

Arde el misterio con la sed del fuego, arden los ojos que buscan incluso llenos de lágrimas. Arde la ternura y su rastro imborrable en nuestros recuerdos más vivos contra la frialdad sentida. Arde el ansia enamorada del vivir que nos lleva y nos arrastra por inciertos caminos, que serán para siempre nuestros.

Y el fruto inmaterial de todo ello es la luz serena que ya no abrasa, convertida en mirada cálida que todo lo descubre.

Nunca es en vano el fuego.

3 comentarios:

La puta que no te parió dijo...

El agua da la vida solo si el fuego si la fecunda.
Besos

Anónimo dijo...

El conjunto de fotos es una auténtica preciosidad, y una pequeña muestra de la autentidad de las palabras de Zambrano.
Bicos.

Juan B. Morán dijo...

Gracias por los comentarios.

El agua y el fuego. ¿Acaso el principio masculino y el femenino complementándose?

Muralla, me encanta María Zambrano y siempre vuelvo a leerla cada cierto tiempo, pues su pensamiento es inspirador. He de decir también que las fotos de tu casa en el aire son preciosas y creo que hablan de tu sensibilidad.

Besos