02 enero 2006

La crisálida y la mariposa


A Oda


De todas las metáforas de las que se han valido los filósofos para decir incluso más de lo que dicen, hay una que en cierta forma me apasiona. Es la metáfora de la crisálida y la mariposa, con la que Martin Buber construyó su pensamiento:
“El Ello es la eterna crisálida. El Tú es la mariposa eterna”
¿Qué es la crisálida?...por ejemplo, mi número de D.N.I, mi uniforme, mi cuenta en el banco, es mi trabajo anónimo y monótono, la cifra insignificante de las estadísticas, el retrato abstracto de una ciencia que primero me niega para luego descubrirme y devolverme la libertad de sentirme a mí mismo, como si de una nueva religión se tratara donde el pecado es la libertad indemostrada, el sentido propio de ser humano frente al orden mineral e isomórfico. La crisálida es el rol y el status, el cliché delimitador, el orden aprisionador e irrespirable, lo uniformizador y lo unidimensional. La víctima anhelada por un verdugo, el esclavo que necesita un amo y viceversa.... La crisálida es la lógica que no permite la discrepancia ni la diversidad. Es la obediencia debida a otros, nunca el respeto por uno mismo. La crisálida es en definitiva la alienación, donde alguien pierde el sentido de sí mismo, su emotividad única, su propio sentido de la realidad. Aquello que me reduce y me convierte en objeto y mercancía para los otros o incluso para mí mismo.
¿Qué es la mariposa?........ Quizás la pregunta esté mal hecha pues creo que debería decir ¿Quién es la mariposa?...entonces el juego de decir y descubrir empieza, porque la mariposa sólo puede ser un Tú que no es un Ello. Sujeto que no es Objeto. Tú es Alguien concreto, con rostro, que no tiene porque parecerse a nadie, ni ser definido por su D.N.I, ni por el color de su piel como un mineral, ni por su composición química, ni por su emotividad comparada, ni por su nivel económico, ni por un test de inteligencia o de anormalidad construido con un Ello colectivo a modo de Tabula Rasa, por ejemplo....porque escaparía a todas estas definiciones, siempre sería Alguien más que transciende esos límites.....cuyo conocimiento sólo podría darse en una relación personal y no abstracta, una relación Yo y Tú. La mariposa con su misterio inefable sólo obedecería a sí misma, es decir, sería sujeto de su ser, de su íntima esencia. Su corazón podría definirse con otras metáforas como el Tao, la Flor de Oro, El Ave Fénix que muere como crisálida y renace como mariposa, el niño de Nietzsche que antes fue camello y león para liberarse de su pesada carga de crisálida. También el personaje de Puccini, Mdame. Butterfly tiene parecidas resonancias, en este caso la mariposa decide morir preservando su propio sentido del amor y de su autenticidad, frente al “Ello de la eterna crisálida” que encarna Pinkerton.
El ser humano es la eterna contradicción entre la crisálida y la mariposa: el orden y la libertad, detenerse o crecer.... La seguridad y el riesgo.... Un profundo conflicto entre opuestos que cada uno resuelve de una manera personal.
Quizás los seres humanos somos la frontera y el límite que debe ser transcendido como vocación. Somos indeterminación ( el “apeiron” de los griegos), el deseo incolmable de Lacan (como unas raíces al viento buscando el horizonte).
Tránsito de crisálida a mariposa, metamorfosis inesperada, camino único e irrepetible, con su propio tempo y lógica ilógica para otros. Oscura tiniebla incluso para nosotros mismos. Tránsito entre el tiempo de ser crisálida y el tiempo de ser mariposa.
A veces es tal el esfuerzo necesario para renacer que nos da miedo y todo se retrasa, hasta que nos cansamos del mismo miedo que alguna vez fue acogedor, hastiados de sus profundas secuelas que nos hacen perder nuestro propio sentido de no ser sólo crisálida. Tensión entre la seguridad mortecina y vacía, y la libertad llena de angustia.
A veces un animal indómito se despierta en nuestros corazones con vocación de más vida y libertad para ser y reclama su tiempo vivido, y todo resulta más maravillosamente fácil de lo que pensamos, es la Primavera que ocurre, incluso sin buscarla.
También la historia colectiva está hecha de momentos de crisálidas y momentos de mariposas, porque está impregnada de esa misma cualidad de cada ser humano de ser un nómada imposible de sí mismo, camino y senda que se abre en el tiempo para encontrar su sentido.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Redondo. Me ha emocionado. He ido tomando conciencia de las raices, por lo general auto-impuestas, en lucha contra las alas en el mismo cuerpo. Quizás esa crisálida es la manera de buscar aceptación del mundo, cuando en realidad el mundo nos acepta en nuestra autenticidad. Necesitamos tiempo, de echar raices, de volar. Es importante, al menos, reconocerlo. Opto por volar, aceptando que a veces huyo y me escondo. La foto es bella. Podremos acumular años en el cuerpo, ser menos ágiles, canosos, arrugados pero nada impedirá que sigamos andando mientras vivamos. Un abrazo.

Juan B. Morán dijo...

Gracias Ivo por escribir. Creo que la respuesta a cualquier pregunta está en ti. La felicidad, la tuya creo que sólo la puedes definir tú.

Querida Nuage me gusta tu reflexión: "Necesitamos tiempo, de echar raices, de volar" y me wugiere tantas cosas.

Hoy tus compañeras me han traído la lluvia... me gusta meter los pies en los charcos como cuando era niño

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el nuevo diseño. Si te digo, me sugiere cautivante y ahora mismo no sé lo que significa, pero es eso, precioso. Un abrazo cálido de invierno.

Anónimo dijo...

Toda mariposa es antes crisálida. También nosotros, antes de volar, debemos trabajar nuestro yo, sus imperfecciones, sus egoismos, sus miserias, para convertirnos en mariposas, en bellos seres humanos que poblemos un mundo mejor...
El tiempo de crisálida es duro y oscuro, muchas veces, pero como toda lucha por el bien, merece la pena...
Bicos.

Anónimo dijo...

Hermoso regalo, de Reyes, de todas las ocasiones, de vida. Gracias :)
Una rosa enjaulada, pero rosa y viva. La circunstancias, a veces la gente que nos rodea, hace las veces de prisión, que "no hay que reir tanto", que "pareces la más feliz", que "para qué buscar más allá si esta es la felicidad" y uno se apaga y cree ser feliz con conceptos ajenos porque todos dicen y te marchitas porque te sientes inconforme de no ser tan feliz como los otros y crees que estás mal, equivocado. Curiosamente el entorno comienza a rechazarte porque emanas una energía oscura, hueles a rancio, a falso.
Y cuando rompes con todo eso, incluso con el temor al rechazo, al principio las miradas pasan de la rabia por el atrevimiento a la perplejidad pero luego también a la maravilla, porque gusta lo que somos cuando somos en realidad. Quizás la crisálida sea también ese rincón oscuro donde nos aislamos del mundo, donde queremos escondernos porque no sabemos qué paso dar para que nos quieran o acepten, siquiera para querernos o aceptarnos. Y me recuerda una frase que dice más o menos así: Decide vivir o morir, pero has algo. Y es que quedarse en el limbo por mucho tiempo, marca las alas. Tomar aire, sí, el necesario, pero no dejar de volar.
¿Crees que lo haya entendido ahora, Senghor?
Me encanta esa foto del hombre caminando, con bastón, pero andando. Un abrazo.

Juan B. Morán dijo...

Es verdad, Muralla, el tiempo de crisálida es duro y se trata de encontrar nuestro propio camino, también es un tiemnpo de aceptación de quienes somos por encima de -como dice Oda- conceptos que nos imponemos y nos resultan ajenos...

Querida Oda, lo que a mí más me gusta de esa foto es la mirada, me gustaría llegar a viejo y tener una mirada así. Esa mirada creo que resume casi la vida de ese hombre. Lo curioso para mí es que esa mirada me recuerda otras muchas con las que me he encontrado.

Besos y abrazos

Anónimo dijo...

¡Cómo no íbamos a reencontrarnos!
Cuando me dio el enlace a tu blog nuestra común amiga, sin decir de quién era, ya te tenía en mis enlaces de portada, y había pensado que me recordabas al escritor de aquel hermoso diálogo sobre el amor que desapareció del foro...
Lo mejor que se puede decir de un escritor es que se le puede identificar consigo mismo, que tiene un estilo propio y reconocible.
Un abrazo
(Te escribo un e.mail más tarde)

Juan B. Morán dijo...

Querida Gatopardo

Aunque no haya escrito nada en tu sitio, desde que nació, siempre te leo, es un pequeño placer... con esa ambivalencia que va de la ternura al combate más férreo.

También te he oído en el programa que haces en Radio Mai. Fascinado con lo que dices y también con tu voz que transmite una profunda serenidad.

Gracias por todo ese empeño que pones en todo, y seguro que coincidimos más veces en esta historia.

Un abrazo

Anónimo dijo...

El ello es la crisálida. El tu es la mariposa eterna.
Hola,,,hoy el tema de las mariposas me acerco a este blog.
Gracias por la forma que explica la metamorfosis de la mariposa.
Hace que sea fácil de entender .
La foto,,refleja serenidad. Me gusta sobre todo como camina con su conciencia con seguridad .
Precioso.
Gracias